A esa parte de los caraqueños, que nunca ha visitado el Jardín Botánico, le sorprendería saber que lleva seis años manteniendo su verdor con el mismo presupuesto deficitario de 5,6 millones de bolívares. Necesitarían 19 millones. La falta de recursos ha dejado sus secuelas.
En sus 70 hectáreas convivían 4 mil palmas agrupadas en 215 especies. La que llegó a ser la mejor colección de esta especie en Latinoamérica hoy está disminuida. Según Argelia Silva, adjunta a la Presidencia de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela, el Jardín ha perdido unas 50 especies de palmas.
Una es la Nolina, una especie del desierto de Sonora, en México, y que en Caracas, por el clima, se reprodujo con una altura de 15 metros, algo único en el mundo, pero se perdió.
Silva explica que el jardín está siempre abierto para recibir donaciones, sobre todo cuando se trata de especies que aún no se tienen. También se encuentra trabajando para que las empresas privadas puedan hacer aportes a través de sus programas de responsabilidad social, que ayuden a mantener este refugio vegetal, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2000.
El alquiler del auditorio del Jardín Botánico y de otros dos salones es lo que permite llenar los huecos en el presupuesto. Las ayudas más recientes llegaron del Fondas (Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista), quien otorgó en comodato implementos para el mantenimiento del parque (dos motos y cuatro tractores). Siguen esperando, no obstante, el equipo más importante: un tractor con una pluma que alcance los 12 metros de altura para el manejo fitosanitario, control de plagas, recolección de semillas y fertilización de las palmeras.
"Esto permitirá agilizar las labores de mantenimiento. Trabajando de manera manual como lo hemos venido haciendo se invierten muchas horas hombre y no se obtienen los mismos resultados. Hay ramas de apamate que están llegando al canal rápido de la autopista Francisco Fajardo por los retrasos en el mantenimiento", explica Silva.
Actualmente, Miguel Castillo, un experto en la materia, se encuentra trabajando ad honorem en la recuperación de los cinco ambientes acuáticos con los que cuenta el jardín.
"Estamos rescatando la diversidad biológica que se había perdido. El Botánico tenía 86 especies de plantas acuáticas y ahora solo tendrá 50", precisa Castillo.
El que requiere mayor atención es el Jardín Hidrofítico. "Hay que vaciarle el agua para instalar un manto impermeabilizante. Pero estamos muy limitados de recursos. Esta área acuática también se ve afectada por una tubería de aguas negras que se rompió. La laguna en ocasiones se ha contaminado y a veces el olor es insoportable justo a la entrada del Jardín Botánico", agrega Castillo.
Para llevar a cabo esta reparación necesitan el apoyo del capital privado. "Aquí no tenemos como financiar eso. Se debe sustituir una tubería de 4 pulgadas y sacarla a la red principal" dijo.
En el enclave verde más extenso del casco central de la ciudad es posible apreciar la Victoria cruziana, catalogada como la flor acuática más grande del mundo. Sus visitantes podrán apreciar la flor sagrada de Egipto y la de la India. Además de varios ejemplares de la Gran palma de Ceilán o Palmira, oriunda de Ceilán y de las costas de Malabar. Esta especie es una excepción pues requiere entre 50 y 60 años para producir su floración.
Alejados del concreto y del caos de la ciudad, más de 15 grupos de yoga y meditación trascendental toman este oasis todos los fines de semana. En el Jardín hacen vida más de una decena de investigadores. El acta botánica, que es la publicación botánica más importante del país, lleva tres números atrasados porque no han llegado los recursos que envía el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Los interesados en hacer donaciones al Jardín Botánico pueden llamar a los teléfonos: 6053984, 6053983, 6053979.
Fuente: El Universal http://www.eluniversal.com/2011/09/19/el-jardin-botanico-necesita-capital-privado-para-subsistir.shtml
No hay comentarios:
Publicar un comentario