Por Cynthia De Simone
Río de Janeiro: en la ciudad maravillosa, como se conoce a esta gran urbe brasilera, además de morros y playas, un Cristo redentor gigante, el Carnaval y el samba existe un jardín botánico del tamaño de cincuenta y cuatro manzanas, que tiene la extraña virtud de permanecer aislado del bullicio carioca. La primera imagen que captura al visitante al ingresar se repite en todas las tarjetas postales que los turistas compran de recuerdo: una larga e interminable alameda; compuesta por palmeras imperiales de unos 40 metros de altura, que brindan una cálida sensación de bienvenida. Se trata de un lugar reconocido a nivel mundial, con alrededor de once mil especies vegetales. Una de las favoritas es la Victoria Regia o Amazónica, una planta acuática de enormes dimensiones cuyas hojas redondas pueden llegar a medir hasta tres metros de ancho y soportar hasta 30 kilos de peso sin hundirse. Su nombre alude a la reina de Inglaterra, ya que fue descubierta por científicos de ese país. Debido a su gran extensión, se aconseja ir con tiempo suficiente. Medellin: esta gran metrópoli colombiana famosa por su moderna arquitectura, el clima primaveral durante todo el año y la amabilidad de sus habitantes, cuenta con un atractivo escenario natural dividido en distintos sectores. Entre los más interesantes se encuentran el Orquideorama, un amplio jardín en sombra en donde tal como su nombre lo indica se exhiben numerosas especies de la flor nacional de Colombia: la orquídea. Este recinto presenta un original diseño que se caracteriza por su gran estructura con forma de árbol conformada por siete hexágonos en madera y metal que emulan las celdas de un panal y que se convirtió en un importante referente en materia de arquitectura verde o ecológica. Allí dentro además abundan ejemplares de magnolias, helechos y plantas carnívoras. Una importante tienda de regalos y souvenirs, un nutrido vivero comercial y hasta restaurante con lo mejor de la parrilla local forman parte del entorno. Por último, se recomienda visitar La casa de las mariposas y dar un paseo en el trencito que recorre el jardín. Caracas: si aun no conoces la capital de Venezuela, cuando planees tu viaje no debes dejar de visitar su atractivo jardín botánico, declarado como Patrimonio de la Humanidad hace una década. En esa ciudad sudamericana, bordeada por montañas y famosa por la belleza de sus mujeres (que la hicieron ganadora en repetidas veces del concurso internacional Miss Universo), los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de un lugar ideal para despejar la mente, respirar aire puro y reencontrarse consigo mismo. En materia de vegetación, en sus tres grandes lagunas se destacan los helechos acuáticos y las calas, cuyo color más habitual es blanco con pistilo amarillo, una vistosa flor con mucha personalidad que algunas novias eligen para su ramo de boda. Pero lo más llamativo de este parque es la convivencia entre su flora y una fauna muy variada, en la que se destaca la presencia de lagartijas, galápagos y ranas cantoras. Es posible además encontrarse con inquietas ardillas pero sin dudas lo que le da vida y color al cielo caraqueño, a primera hora de la mañana y durante el atardecer es la aparición de aves tropicales como el guacamayo, que pertenece a la familia de los loros, con plumas azules, rojas y amarillas y que se desplazan en grupo emitiendo un chillido agudo que difícilmente habrá de olvidar. Brooklyn, Nueva York: en las guías de viajes lo primero que se aconseja al turista es visitar la famosa Estatua de la Libertad, ir de shopping por la Quinta Avenida o disfrutar de una vertiginosa vista de la Gran Manzana desde el Empire State. Sin embargo, no es tan común que se mencione su jardín botánico: un bellísimo lugar que se encuentra a veinte minutos de la Gran Estación Central. Allí se puede visitar el Museo de bonsais: árboles pequeños cultivados en maceta y símbolo de la eternidad en la tradición china. También se aconseja hacer una recorrida por El "Pabellón tropical" (Tropical Pavilion) un invernadero donde se encuentran los árboles de mayor altura, con ejemplares de la selva tropical africana y amazónica. Otra buena opción es caminar por el "Jardín de las fragancias" (Fragance Garden) el primero del país diseñado para personas no videntes, donde se exhiben flores de fuerte aroma y delicada textura para que puedan poner a prueba sus sentidos. Los carteles explicativos están en el sistema de lectura braille. Si viajas durante la primavera, te sugerimos dar una vuelta por el Paseo de los cerezos (Cherry Walk), con variadas especies provenientes de Japón. Cada año, durante el mes de abril se realiza el festival Hanami, que incluye ceremonias del té, artes marciales y jornadas de origami, aunque su esencia consiste en la rigurosa observación del proceso de florecimiento de este árbol cuyas flores rosadas duran apenas quince días. Kirstenbosch, Ciudad del Cabo: una leyenda que circula en la zona asegura que una vez que Dios terminó con la repartición de plantas en todo el mundo encontró más semillas en su bolsillo y las esparció por toda Sudáfrica, por eso este jardín resulta el sitio ideal para obtener un panorama global de la magnitud de la naturaleza en esa región. En esa vasta superficie que alterna zonas de sombra fresca con prados abiertos y soleados, se cultivan plantaciones masivas de proteas, nombre que reciben las flores en honor a Proteo, dios de la mitología griega que podía cambiar de forma a voluntad. Las más lindas de esta especie son la Cynaroides o Protea rey, la flor nacional que presenta pétalos de color rosa pálido con bordes rojizos El público queda hipnotizado al visitar el bosque de cícadas, plantas sobrevivientes de la época de los dinosaurios con más de 280 millones de años, lo que les da un carácter único e inigualable. Este jardín está ubicado frente al Monte Mesa (Table Mountain) al que los visitantes ascienden por teleférico y desde el cual se puede obtener una magnífica vista de la ciudad. Fuente: www.TodoParaViajar.com http://www.todoparaviajar.com/noticia/los-jardines-botanicos-mas-importantes-del-mundo/ |
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