lunes, 7 de noviembre de 2011

Economía verde: englobar el desarrollo sostenible, erradicar la pobreza y acceder al agua

Rocío Román resume para Inspira la Conferencia Internacional organizada por ONU-Agua con el título “Water in the Green Economy in practice: Towards RIO+20”, celebrada del 3 al 5 de Octubre en Zaragoza.

Cada día mueren más personas como consecuencia de falta de acceso a agua potable como resultado de todo tipo de violencia, incluyendo conflictos bélicos. Esta estadística da suficientes argumentos para actuar sobre una de las causas de mortalidad, sobre todo infantil, más brutales de nuestro planeta.

La década internacional para la acción, bautizada por la Asamblea de Naciones Unidas en diciembre de 2003 con el lema “Agua para vivir, 2005-2015”, constituye uno de los pilares básicos para lograr uno de los objetivos de desarrollo del milenio fijado por Naciones Unidas, en concreto, nos estamos refiriendo al objetivo “Garantizar el acceso a agua potable para beber”.

Ese mismo año, en 2003, el Comité de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre programas creó el mecanismo interinstitucional ONU-Agua con el objetivo de dotar de mayor intercambio de información y cooperación en esta materia entre los organismos de las Naciones Unidas. Su trabajo, desde entonces, se ha centrado en tres áreas: proporcionar información en cuestiones relativas al agua, crear una base de conocimientos sobre el agua así como sistemas eficaces de seguimiento y, finalmente, proporcionar una plataforma para debatir los desafíos mundiales ante este recurso primario.

La Conferencia Internacional organizada por ONU-Agua con el título “Water in the Green Economy in practice: Towards RIO+20”, que tuvo lugar los días 3 y 5 de Octubre en Zaragoza, se plantea ante la necesidad de presentar cuáles son las herramientas y las mejores prácticas para transformar nuestras economías en economías verdes, basadas en un desarrollo sostenible y en la erradicación de la pobreza. De esta forma, la Conferencia celebrada en Zaragoza constituye un paso más hacia la cumbre de Río de Janeiro (Brasil) a celebrar en junio de 2012.

Esta Conferencia se ha centrado en explicar cuáles son las áreas o ámbitos en los que es posible trabajar para alcanzar una economía verde. En concreto estas cuatro áreas son la agricultura, la industria, las ciudades y las cuencas. Lógicamente estos cuatro ámbitos juegan un papel diferente según el grado de desarrollo de los países, en aquellos países desarrollados la concentración de la población en las ciudades supone un reto para el aprovechamiento del agua, asimismo, las mejoras tecnológicas e innovaciones deben contribuir a su desarrollo. En el caso de los países en desarrollo, el objetivo prioritario consiste en mejorar los niveles de vida y por tanto, en lograr una mejora en el ámbito de la agricultura y de un más fácil acceso al agua potable.

Son muchas las iniciativas que se plantean para lograr los objetivos de desarrollo de una economía verde. En esta Conferencia se han analizado las distintas herramientas necesarias para el cambio hacia un modelo de crecimiento verde. En primer lugar, son necesarios los incentivos económicos en la gestión del agua para apoyar el cambio hacia un crecimiento verde. Y en segundo lugar, es necesario que todas las reformas y cambios hacia un desarrollo sostenible vengan acompañados de los necesarios mecanismos de financiación que apuesten por el crecimiento de la economía verde.
Esta Conferencia pretende llamar la atención sobre aquellos aspectos que pueden resultar más interesantes y atractivos para la sociedad. 

La economía verde es un concepto amplio que trata de englobar desarrollo sostenible y erradicación de la pobreza. En resumen, no podemos seguir creciendo si es a costa de los demás y de destruir nuestro entorno medioambiental. Sin embargo, en estos encuentros o conferencias se echa en falta un análisis más completo que ofrezca una panorámica más plural de lo que supone avanzar hacia una economía verde, de lo que podemos lograr pero también a lo que debemos renunciar. La economía verde puede suponer la creación de nuevos puestos de trabajo pero no debemos olvidar que también supone la destrucción de otros. 

Por supuesto, puede favorecer nuevas oportunidades para la innovación y desarrollo tecnológico y por tanto, para la creación de nuevas empresas, pero también puede suponer la desaparición de otras. El reto de una economía verde es lograr convencer de su bondad frente a otros modelos de crecimiento.











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